
La vocal de Psicología de Igualdad y Género del COPIB, María del Diego Barquín, asistió el pasado martes 23 de septiembre, al acto organizado por Casal Petit para conmemorar el Día Internacional contra la trata de personas con fines de explotación sexual.
Miembros de la entidad, voluntarios y representantes institucionales se congregaron en la Plaza Mayor de Palma, para pedir justicia por las mujeres víctimas de esta situación con la lectura de un manifiesto. El objetivo era dar visibilidad y concienciar a la ciudadanía de esta realidad muy cercana, y solicitar una Ley Orgánica Integral que garantice la protección real y los recursos necesarios para las víctimas. Asimismo, también se reclamaron cambios en el sistema para identificar a las víctimas, que ha quedado obsoleto.
La trata de personas con fines de explotación sexual es una realidad que sufren muchas mujeres en situación irregular y de gran vulnerabilidad. De hecho, de las 479 usuarias de Casal Petit, estiman que al menos 82 presentaban indicios de ser víctimas de esta situación que pocas denuncian, porque tienen miedo y el funcionamiento del sistema las revictimiza y criminaliza.
Casal Petit es una entidad que atiende a mujeres que se dedican a la prostitución y, además, se encargan de detectar los casos de trata con fines de explotación sexual en Baleares. Es una organización que forma parte de la congregación de las Hermanas Oblatas, con más de un siglo de presencia en Mallorca.
La coordinadora de la entidad, Maria Magdalena Alomar, recordó que cualquier mujer puede ser captada por organizaciones criminales que se aprovechan de su situación de vulnerabilidad para convencerlas de que ejerzan la prostitución. Esta explotación provoca un profundo daño en las víctimas, que durante el tiempo en el que ejercen la prostitución sufren abusos físicos y emocionales, así como constantes amenazas para ellas y para sus familias. Estas secuelas psicológicas perduran de por vida, aseguró Alomar, que también destacó que el estigma social persigue a estas mujeres porque la sociedad no entiende que son víctimas a las que han obligado a ejercer la prostitución.